tono C C G F G Mirame, Señor, no soy digno de que entres C en mi casa Em F Dm Hablamé, Señor, tu palabra bastará para G sanarme C G F G Sanamé, Señor, tu conoces cuantas luchas C yo libre Em F Dm Quiero dar a luz el misterio que descansa en G mi interior.C F C De tu cuerpo brota sangre y agua viva, F G Vas cayendo suavemente en
Evangeliosegún san Mateo (8,5-11) En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». Le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digasuwzb. 326 197 265 172 289 72 289 72 297